Sonidos que trasportan y llegan al alma

Sonidos que trasportan y llegan al alma
Orfeo (en griego Ορφέυς) es un personaje de la mitología griega, hijo de Apolo y la musa Calíope. Hereda de ellos el don de la música y la poesía. ...

viernes, 26 de agosto de 2011

El Mundo de Hades (II Parte)


Es la oscuridad más lúgubre de las que existen. Es otro mundo lleno de sin sabores, tinieblas, llantos,hortensias y dolores. Es al fin al cabo éste mundo por el que vagué y bajé hasta él en busca de un amor que un día se fue.

Ya ven, cómo es este otro mundo, algunas veces gélido, algunas veces ardiente, y siempre reinado por la misma dinastía: La de Hades, y la de Perséfone.

En este otro mundo, condenados a vivir en la ausencia de lo maravilloso de los sorbos vitales que cada uno de ustedes disfrutan...¿O quizás no?.
Las criaturas que allí cohabitan, entre sudores y lágrimas tienen en su conciencia que de una u otra forma, el tiempo es precisamente el mayor de los castigos, y es que, la eternidad desgarradora no es plato de buen gusto para ningún demonio, ni para ningún titán. La eternidad es el precio que hay que pagar por llenar este mundo de cruenta naturaleza.

Son al fin y al cabo, almas que se llevó el diablo para estar acompañado, y es que, ni siquiera el diablo, quiere estar solo. Por eso, se llevó tantas almas consigo, por eso, ni tan siquiera la majestad divina de las almas es capaz de soportar una eterna soledad; ya ven pues, como ni los Dioses están exentos de los puntos débiles que se catagorizan como humanos. Mientras tanto, allí arriba, en el mundo de la vitalidad sucumben muchos hermanos suyos en la mayor tristeza solitaria que pueda haber, allí, que yo lo sé, existen humanos que por los designios de otros se condenan a vagar por la soledad de una habitación repleta de recuerdos que le trasportan a un mundo, que algún día fue mejor. Por enfermedades, o por odios, por falsedades y desamores, por cualquier otro tema, millones de personas soportan lo que ni tan siquiera Hades pretende, que es la hortensia, la nada, la Estigia, aquí, llamada soledad.

Por estas simples cosas, a veces, vago por el Hades en busca de parsimonia, huyendo de este triste mundo colorista y ausente de significado, alegre por fuera y muerto por dentro, matizado por los sonidos de unos títeres que mueven con fluidez las decisiones que afectan a todos.
Por estas cosas, a veces, huyo hacia el Hades, donde se me recibe como un alma más, no se me distingue por la necesidad, ni por la condición sexual, ni por el color, ni la condición étnica, allí los valores coexisten para todas las almas iguales, allí no hay razas, ni enfermedades, ni economía, ni policía, tampoco han visto estos ojos ninguna otra fechoría. A diferencia de lo que piensan, Hades, no es un mundo donde van a descansar las almas negras, las almas negras habitan en vuestro mundo, y precisamente no son Africanas. En Hades descansan las almas, remiendan sus pesares, y meditan en sus males pasados, como el agua que corre por manantiales, se depura, y emigra a otra zona, no apta para mortales; donde se les recibirá con el mayor de los honores, donde no existirán las vanalidades, ni títeres que les amarguen, encontrarán allí el descanso eterno, tras una vida llena de faltas de sueños, de ausencia de amores y desamores. Van a descansar por la eternidad más justa y llena de sabores.

Si observan, no es tan negro el Hades, ni tan pura la Tierra, hogar de dolor, miseria y otras ausencias de facultades. Se distingue un mundo y otro, por sus materias, sus almas, y sus materiales. Paradójica distinción, a sabiendas de que, el Hades os necesita lleno de mortales, para que después de una vida, tan llena de pesares, abráis las puertas del alma, os despojéis de vuestro cuerpo, recipiente vacío de moralidades, y echéis a andar sin nada más que un simple pergamino donde se recogen vuestros actos, de los más importantes a los desapercibidos por ustedes, Llegaréis ante una puerta inmesa, llamad a ella, ningún rifle os esperará para repatriaros, pero, deberéis entrar sin temores, allí no sois inmigrantes, ni mercenarios, ni escultores, allí no se distinguen los violadores de los sanadores, se pesa el alma de cada uno, y según el dato recibido, vagaréis por ese triste, pero sano mundo que es el Hades.

Por eso os pido, si queréis al son de mi arpa, si queréis bajo la canción más bella, que os hiera el alma si hace falta, que mientras estéis aquí, no desaprovechéis ningún segundo que ensucie vuestro Karma, que es la energía más bella que tenéis, siendo unos simples humanos. Tenéis a vuestra disposición años, que serán sólo prólogo de la eternidad que os espera. Podéis decidir cómo entrar en Hades, es una eternidad inconmensurable, quizás sea mejor que calle, que pueda ser que la deidad llegue de nuevo ante mis plantas para por siempre acompañarle con un arpa en las manos, y un pergamino que presente mis datos.

Así, ahora que habéis sentido en vuestras entrañas un cierto temblor, podéis echar a andar, y estar seguros de que, a medida que recordéis que vuestra mejor arma, no son rifles, ni enmiendas racistas, ni ataques machistas, ni puños, ni sangre en las venas...Vuestra mejor arma, debe ser blanca, para cruzar el Aqueronte a la velocidad que solo puede hacerlo ella, la más bella energía que emana de vuestro débil recipiente llamado cuerpo, es la más pura y dócil composición que tiene el cuerpo sin necesidad de tiempo de conservatorio, es la que según dicen la tienen vuestros pequeños; con ella os debéis presentar, con ella podréis llegar al Hades sin temor a equivocaros, que os recibirán como a una deidad, es un alma blanca, pura, ciega, muestra de cariño y responsabilidad, es un sentimiento o una oración, es un halo de esperanza que tiene todo corazón, que cuando dicta su presencia alegra a todos, pues es sinónimo de grandeza, de hospitalidad, es lo que tiene la deidad. Búscala, debes tenerla, Eurídice la tuvo hasta el final, la añorada BONDAD.



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