Sonidos que trasportan y llegan al alma

Sonidos que trasportan y llegan al alma
Orfeo (en griego Ορφέυς) es un personaje de la mitología griega, hijo de Apolo y la musa Calíope. Hereda de ellos el don de la música y la poesía. ...

viernes, 12 de agosto de 2011

La Caja de Pandora


No me imagino una noctámbula y lúgubre noche para imaginar el día en el que Zeus, y otros Dioses del Olimpo hicieran realidad el mayor de los males que el ser humano obtuviera para el fin de los días.

Tuvo que ser un día cualquiera, de esos en los que suelen los humanos creer que la benevolencia va a ser compañera de viaje en sus vidas. Nada más lejos. Tuvo que ser un día en el que bajásteis la guardia, y creíais creer que todo bien sería eterno. Bobadas.
Pandora llegó a vuestras vidas cuando creísteis controlar el mundo, llegó con su caja a cuestas cuando los gobernantes se miraban de reojo para ver si podían robar al prójimo, Pandora os hizo creer su inocencia cuando el comercio pasó de ser pura necesidad a pura agonía superficial, su caja llegó a vuestras vidas cuando los gobernadores os hacían la vida imposible con tal de llegar a tener tantas alhajas como les fuese posible. Por eso, sólo por eso, os compadezco.

Creíais que podíais haceros con cualquier cosa que os propusiérais, y así, cayeron unos, otros, y nada pasaba, y así se atentaban unos, se mataban otros, se violaban unas, se maldecían otros, creíais soñar con mansiones, edificios, poder pecuniarios, excesos, y rechazábais al pobre, al desdichado y al enfermo; al leproso y al desgraciado.



Pandora, (en griego antiguo Πανδώρα) no fue más que un mandato de los Dioses, para ver si realmente érais tan bobos. Cumplisteis con las expectativas.Dejando de lado las muertes, las desgracias, las conquistas, reconquistas, revueltas, atentados, robos, violaciones, asesinatos,
agresiones, asaltos, conspiraciones, que habéis llevado a cabo; pero aún más, y esto me da que pensar, me explico.

Me consta que Pandora abrió la caja, y de ahí se pudo ver hasta dónde seríais capaces de hacer maldades, pero hay algo que me llama la atención más que todo esto. LLegó un momento en el que los Dioses parecían haberse vuelto humanos cuando fueron capaces de atentar contra sus familiares y sus amistades; o quizás es que nos afectó también los golpes de aquélla caja pandoriana. Puede ser que hayáis adquirido entonces, las vanalidades de los Dioses, mas se me antoja difícil esto.

Pero vayamos al grano. Pandora debió infectaros a todos con mucha virulencia, y es que, imagino llegados a este punto, que estarán conmigo cuando les advierto de que el ser humano es un ser a veces entrañable, pero injusto, totalmente injusto. Vean en la naturaleza, como los animales se comen unos a otros por necesidad, por la subsistencia, mas ustedes muerden y devoran al prójimo por egoísmo, capaces de malherir a un amigo por ser como decía en "Las Cuerdas de mi arpa", fruto del titiritero de turno que con su cuerda hace que obedezca, sois capaces de llegar hasta la locura más extrema por causas vanales, y sois capaces de malherir al hermano por no haberos tendido la mano cuando no lo habéis hecho previamente ustedes. Hizo un buen trabajo Pandora con ustedes, sacó de ustedes la pureza y la libertad, la trasformó en desdicha y falsedad, os arrebató la humanidad y la humildad, tornándose en paranoica desdicha de maldad, os arrebató la bondad y la gentileza y os dejó solos, ¿dónde estará vuestra firmeza?.

Ajenos a todo esto, la caja de Pandora se abrió y arrasó. Cruzó un umbral de tristeza mortecina que incluso Hades se hubiera espantado de tanto tenebrismo, en un vesánico mundo vivís, y seguís viviendo sin sentir, sin la sapiencia de estar al tanto de tantas cosas...

No crean que Eurídice no fue víctima de los horrores Pandorianos, se alió con ella y la volvieron mortalmente irreflexiva.

No crean que yo, por ser un Dios me libré de sus angustias, las padezco producto del producto, mas a sabiendas de que Pandora trajo consigo un último halo, en un pequeño recipiente. Ese sólo los elegidos lo tienen y nace cuando la ilusión muere, se llama esperanza, ¿tú lo tienes?





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